En la noche del 29 de enero unos atacantes abrieron fuego en el Centro Islámico de Quebec, donde murieron al menos seis personas de 35 a 70 años de edad y otras ocho sufrieron heridas, entre las 40 que en aquel momento rezaban en el lugar.
Las autoridades de Canadá calificaron lo sucedido como un atentado.
"Quiero expresar mis más sentidas condolencias a los familiares y los amigos de estas personas inocentes a las que se dio muerte en un templo de Dios (…), los individuos que lo cometen —los terroristas— merecen maldición de la gente y del Señor, no importa contra quién apunten ni con qué pretendan justificar sus fechorías", dijo Krgánov.
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Además instó a no dejarse provocar y a no tener miedo a los terroristas y a los extremistas.