"Países tienen derecho, incluso la obligación, de gestionar de manera responsable sus fronteras para evitar filtraciones de miembros de organizaciones terroristas, pero eso no puede estar basado de ningún modo en la discriminación religiosa, por el origen étnico o la nacionalidad", dijo Guterres en un comunicado.
El secretario general de la ONU expresó su preocupación por las medidas tomadas en el mundo, "que socavan la integridad del régimen internacional de protección a los refugiados".
"Las personas que se escapan de los conflictos y perseguimientos, están encontrando más fronteras cerradas y restricciones en el acceso a la protección que necesitan recibir y a la que tienen derecho, de acuerdo con las leyes internacionales", subrayó.
El presidente estadounidense, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva que suspende por 120 días la acogida de refugiados —indefinidamente, en relación con los sirios— y veta por 90 días la entrada de ciudadanos de Irak, Irán, Siria, Sudán, Yemen, Libia y Somalia.
Algunas naciones afectadas, como Irán e Irak, declararon que aplicarán el principio de reciprocidad ante el veto de EEUU.
El mismo Trump defendió esta orden, alegando que el período de suspensión de la entrada en EEUU de dichas naciones es el tiempo necesario para las autoridades estadounidenses para elaborar e implementar "estrategias de seguridad" para proteger el país.