La situación es grave porque el gobierno tampoco desactivó a los grupos paramilitares y se teme por la vida de los guerrilleros como ya sucedió en los años 80, donde se eliminaron a miles de activistas que se habían entregado. "Ya mataron a más de cien líderes sociales", afirmó Gil.
"El gobierno de Juan Manuel Santos no da garantías de seguridad y cuando se le reclama da una respuesta difusa culpando a la burocracia que es la que no deja avanzar el proceso".
Como aspecto positivo del proceso de paz en Colombia después de 52 años de guerra civil, Gil destacó el comienzo del diálogo del gobierno con de la otra guerrilla, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), en Ecuador.
Por otra parte, Voces del Mundo entrevistó a Sara Méndez, la militante uruguaya, secuestrada por la dictadura militar argentina cuando su hijito tenía 20 días. Ella fue liberada pero su hijo fue robado. Lo encontró cuando tenía 26 años. "Fue una búsqueda tarea colectiva", dijo Sara y recordó lo duro que es para los hijos secuestrados enterarse que son adoptados y cómo es su verdadera historia.
"Cuando encontrábamos chicos de 7 u 8 años era desgarrador porque ellos creían que sus apropiadores eran los padres. En el caso de mi hijo, Simón, fue muy complejo porque él fue formado por un policía que actuó en los crímenes de la dictadura. Simón no sabía que era adoptado. Se entera todo junto, que sus padres son otros y que son militantes, luchadores. A él le enseñaron que nosotros éramos terroristas, sanguinarios, personas sin valores", recuerda Sara, cuya historia fue contada por la escritora Stella Calloni en su último libro "Mujeres de Fuego".
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"Es un proceso difícil. Por ejemplo el nombre: nosotros lo llamamos Simón, pero él en determinado momento pide que no se lo llame así porque no podía soportar la connotación que tenía ese nombre. Él había estado 26 años llamándose Aníbal. Y eso hay que respetarlo."
Sara cuenta que Simón dio un paso importante cuando fue padre. "Juani, mi nieto, trae preguntas desde la escuela. Por eso es importante educar lo que significó el golpe de Estado de 1976. Para estos hijos apropiados fue muy beneficioso que la sociedad haya asumido la existencia de ese delito como sucedió en Argentina. Eso ayuda a elaborar lo que les pasó."
