Esta medida está encaminada a reforzar el control de los visitantes, así como a no permitir la entrada de las personas que supuestamente representan un peligro para la seguridad del país.
"Queremos meternos en sus redes sociales, con contraseñas: ¿qué es lo que haces, qué es lo que dices?", subrayó el político. También agregó que "si no quieren cooperar, no entrarán [en EEUU]. Si no, el siguiente de la fila".
En lo que respecta a los llamados "estados fallidos" como Siria o Somalia, donde la infraestructura ha sido gravemente afectada por los conflictos que viven, “probablemente tenemos que agregar algunas barreras adicionales”, ya que “no pienso que sea suficiente, y ciertamente el presidente no piensa que sea suficiente” para los oficiales estadounidenses solo tomar la palabra de un inmigrante, señaló Kelly.
Al mismo tiempo, Kelly declaró que todavía no se había tomado ninguna decisión concreta al respecto.
Además, el decreto prohíbe por 90 días la entrada en EEUU a los ciudadanos de siete países con población mayoritariamente musulmana: Irak, Irán, Siria, Sudán, Yemen, Libia y Somalia.