La mayoría de los migrantes entraron en el continente a través de Italia y Grecia (unos 180.000), y muchos lograron alcanzar las costas del continente gracias a la ayuda de contrabandistas.
En 2016, al igual que un año antes, la mayoría de los refugiados ilegales (un 17%) afirmó que provenía de Siria, aunque el pasado año también aumentó hasta unos 170.000 la cifra de africanos que arribaron a Europa, sobre todo en comparación con los 40.000 fijados como promedio entre 2009 y 2013.
En total, unas 176.000 personas tuvieron que regresar en 2016 desde el viejo continente a sus países de origen.
Europa vive la peor crisis migratoria desde la Segunda Guerra Mundial provocada por conflictos armados y problemas económicos en Oriente Medio y África del Norte.
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Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), 387.739 personas llegaron a Europa en 2016, y unas 3.370 en lo que va del año.