El catedrático de la Universidad Humboldt de Berlín, Jorg Baberowski, en una entrevista a Sputnik planteó la cuestión.
Los alemanes estaban muy interesados en que llegara a Rusia la persona capaz de desestabilizar la situación política y hacer que Rusia saliera de la Primera Guerra Mundial. Entretanto en el sentido ideológico Lenin y Berlín compartían muy pocas cosas.
El imperio zarista ya había dejado de existir así que el Gobierno provisional ruso ejercía el poder sobre el país y prometió a los aliados continuar en la guerra. Por ese motivo, Alemania decidió financiar a Lenin para que desestabilizara la situación en Rusia, relató el experto.
Esto buscaba evitar que Lenin fuera acusado de pasar por territorio enemigo. Por tanto las partes acordaron que durante su viaje Lenin permaneciera en territorio neutral y no saliera de su vagón. Entonces al llegar a Rusia podría declarar que no usó ningún transporte alemán.
La ruta de Lenin pasaba a través de Alemania hacia la isla de Rugen, desde allí tomó una nave hacia Suecia. Luego se dirigió hacia Helsinki y más tarde llegó a la estación en San Petersburgo —entonces llamado Petrogrado—.
Los servicios especiales rusos se enteraron del viaje del revolucionario y hasta consideraron arrestarlo como traidor y cabecilla de revueltas. No obstante, el Sóviet de Petrogrado prometió garantizar la seguridad de Lenin.
Baberowski puntualiza que Lenin no recibía dinero mientras estaba en Suiza: solo empezó a recibir apoyo cuando se tomó la decisión de que regresara a Rusia.
Aunque se sabe que el líder de la revolución rusa recibía dinero para realizar propaganda, se desconoce cuánto tiempo duró este apoyo financiero y cuál fue el monto total de los fondos entregados a Lenin. El experto subraya que el apoyo a Lenin en algún momento se convirtió en una amenaza potencial para la seguridad de Alemania, por lo que el gobierno germano perdió interés.
Baberowski observó que las autoridades alemanas, pese a todos sus esfuerzos, no se aprovecharon del separatismo ucraniano y el de las repúblicas del Báltico. Fue entonces cuando el gobierno soviético firmó el Tratado de Brest-Litovsk, muy beneficioso para Alemania y las Potencias Centrales.
"Lenin era bastante inteligente así que dio a los alemanes precisamente lo que quisieron, salvaguardando su régimen en marzo de 1918."
Al responder a la pregunta sobre el carácter indispensable del apoyo alemán a Lenin en la Revolución de Octubre, en la creación de la Unión Soviética y en la aparición del comunismo estatal, el experto dijo que Lenin de todas maneras llegaría a Rusia tarde o temprano. Aunque los compañeros del revolucionario ya estaban en Petrogrado, Lenin era la figura crucial del movimiento, señaló.
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"Sin Lenin no habría tenido lugar la Revolución de Octubre, porque sus camaradas, en particular Stalin, no estaban interesados en este golpe de Estado. Habrían preferido un gobierno socialista de coalición en el que todos los partidos habrían sido representados", manifestó.
Sin embargo, Baberowski reiteró que hablar del papel crucial de Alemania en la revolución socialista en Rusia sería una exageración dado que Lenin habría elaborado una manera de alcanzar el territorio ruso y encabezar la lucha.
Agregó que los bolcheviques recibieron enorme apoyo popular y se hicieron con el poder gracias a su agenda antibelicista y sus planes de entregar la tierra a los campesinos, dos puntos respecto a los que otros partidos vacilaban. En otras palabras, la revolución se habría producido incluso sin el apoyo de Berlín, concluyó.