En un artículo publicado en el diario Folha de São Paulo Temer remarcó que Brasil es una de las mayores democracias del mundo y que a pesar de que el país tiene muchos problemas también es cierto que "se enfrenta a ellos".
"Se habla mucho del impacto de las medidas de austeridad fiscal sobre los derechos humanos, pero se habla poco del coste de las economías desorganizadas, que recae desproporcionalmente sobre los más pobres", apuntó.
En opinión del presidente, el "cuidado con la cosa pública" de su gobierno permitió revertir el cuadro y que en 2016 se aumentara la dotación del programa Bolsa Familia —que da ayuda económica a las familias más pobres— que llevaba dos años y medio sin aumentos, recordó Temer.
Para el Consejo de Derecho Humanos de la ONU Temer prometió "diálogo desarmado y vínculos con la agenda internacional", para promover de forma verdadera, sostenible y de largo plazo los derechos humanos tanto en Brasil como en el mundo.