La papa es uno de los cultivos más importantes de la historia de la humanidad. Desde su expansión mundial a partir de la época colonial, este tubérculo nutritivo ha salvado a pueblos enteros de la hambruna y se ha adaptado a diversos climas y paisajes. Ahora, esta versatilidad puede llevarla a Marte.
¿Te imaginas comer unas deliciosas patatas fritas provenientes de este planeta o un cremoso puré marciano?
El proyecto 'Potatoes on Mars', impulsado por el Centro de Investigaciones Ames de la NASA, podría hacer que esta idea se haga realidad en un futuro no muy lejano. Un grupo de la Universidad de Ingeniería y Tecnología de Perú (UTEC) está recreando en un simulador las condiciones extremas de Marte para conocer qué especies de papas pueden crecer allí, dijo a Sputnik Julio Valdivia-Silva, investigador afiliado a la NASA.
- Doctor Valdivia, ¿cómo surgió el proyecto 'Potatoes on Mars' (Papas en Marte, en español)?
Estaban preocupados por el problema del cambio climático y la desertificación. Grandes zonas de cultivo se están volviendo desérticas y no se puede cultivar nada allí. Buscaban algún tipo de vegetal o planta comestible para la agricultura que pueda resistir estos ambientes de desertificación extremos para la vida.
Ahí aparece el doctor Chris McKay, [astrobiólogo] del Centro de Investigaciones Ames de la NASA. Él estaba trabajando justo conmigo en un proyecto para buscar nuevos alimentos que puedan ser cultivados en futuras colonias humanas en cualquier otro planeta. Es decir, generar cultivos orgánicos que se puedan producir en el espacio de manera natural en lugar de solo llevar comida deshidratada.
- De todos los cultivos posibles, ¿por qué la papa?
En la Segunda Guerra Mundial, la papa ha servido incluso como único alimento. Hay reportes de gente que ha sobrevivido durante un año comiendo solamente papa. Ahora es uno de los cultivos más importantes en zonas de Rusia, Europa y África. Algunas de las 4.500 variedades de papa que tenemos en Perú pueden sobrevivir a diferentes ambientes.
Hay papas que crecen en la costa, la sierra, a 4.500 metros sobre el nivel del mar, que son la fuente de alimento para mucha gente en esa zona. Hay otros tipos que no son comestibles pero que crecen en zonas mucho más altas, incluso a temperaturas de —5°C y menos. La papa genéticamente tiene una gran adaptabilidad, a diferencia de otros cultivos como el chamote o la quínoa.
- ¿Por qué 'Papas en Marte' y no en otros planetas?
Marte es un planeta que tuvo características similares a la Tierra hace 4.500 millones de años. Se sabe que hubo océanos de agua líquida, otros hablan de lagos y pequeños ríos. La presencia de agua líquida y de volcanes en ese planeta está completamente demostrada. Eso es importante porque significa que hubo energía, que hubo agua y, además, ahora se ha demostrado la presencia de materia orgánica. Tenemos todos los elementos [necesarios] para la vida en ese lugar.
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- ¿El agua que hay en el planeta rojo permitiría la vida en ese planeta?
En el verano de Marte hay presencia de agua líquida. Es un agua muy salada. Sin embargo, nos ha dado una gran esperanza de que pueda ser tratada. Además hay grandes capas de hielo en su subsuelo. Toda esa información hace que Marte sea un candidato para encontrar vida eventualmente. Es una excelente posibilidad para una futura colonia humana en ese planeta, es decir, para la terraformación marciana.
- Volviendo a la papa y a la preparación del proyecto, ¿cómo se simulan las condiciones marcianas?
- ¿Las investigaciones se llevan a cabo allí en La Joya?
Al ubicar este lugar trajimos a la ciudad de Lima, donde está el Centro Internacional de la Papa, cerca de 300 kilos de este suelo para poder entender si podrían crecer las variedades de papa que se tienen. En un inicio los investigadores del CIP eligieron 75 variedades para tratar de ver si podían crecer o no en esos suelos.

Para sorpresa de todos, se encontraron dos variedades que podían crecer de una manera muy rápida y mucho más sostenida, a pesar del estrés del suelo. Pese a ser muy salino, estas papas podían resistir eso. Fue una gran noticia para nosotros.
- Eso en cuanto al suelo, ¿qué sucede con el resto de las condiciones?
Lo que no podemos imitar en ninguna parte del mundo es la gravedad, que es un tercio que la de la Tierra. Eso no se puede imitar más que estando en Marte o en un satélite con cierta forma de girar y acelerar de una manera que simule una realidad marciana. Sin embargo, hay datos interesantes de cultivos en la Estación Espacial Internacional (EEI) que nos apoyan para saber que esto afecta, pero no de una manera contundente, por lo que hemos retirado esta variable de la simulación.
- ¿Para el resto de las condiciones han construido simuladores?
Sí, en la UTEC, donde soy el director del equipo de bioingeniería. Soy todavía investigador afiliado al centro Ames de la NASA pero estoy queriendo quedarme en Perú, mi país. Tengo este proyecto por el vínculo de trabajo con la NASA y con Christopher McKay [referente mundial de la astrobiología] desde que comenzamos a construir el simulador Cubesat, en un inicio por amor a la ciencia, porque realmente contamos con escasos fondos. Tratamos justamente de tener resultados preliminares contundentes y luego buscar fondos para la construcción de sistemas.

- ¿Cuál fue el costo de la creación del Cubesat?
Haberlo construido realmente fue muy muy bueno: solamente con aproximadamente unos 3.000 dólares hemos construido un equipo que en otro lugar tendría que ser de al menos medio millón de dólares. Eso es un orgullo que tenemos, la construcción de un equipo que funciona.
- Luego de la creación del simulador, ¿cómo prosigue el experimento?
Todos los experimentos que vamos a hacer ahora son hacer crecer la papa poniendo a prueba los límites conocidos hasta el momento. Como se puede observar en vivo en internet, este sistema ha permitido que la papa pueda crecer en condiciones marcianas de presión, temperatura, ciclos de día y noche y alta concentración de dióxido de carbono.
La temperatura en Marte oscila entre los —70°C y los 20°C, con un promedio de —20°C. El prototipo puede llegar a —10ºC, que ya supera todos los límites conocidos para el crecimiento de la papa. Además la idea no es sembrar la papa lanzando la semilla al planeta Marte: probablemente se tenga que hacer una especie de domo […] para subir un poco las temperaturas.
- ¿Esas papas son ya comestibles? ¿Cuándo se van a Marte?
Tras encontrar a la papa más resistente a las condiciones límite, en las que ya no puede crecer, entramos a la tercera fase del proyecto. Ya entraríamos a la herramienta biotecnológica y la nanotecnología para modificar los suelos con hidrogeles de partículas que atrapen sal o remedien el suelo, o que la papa pueda ser realmente resistente desde el punto de vista genético a ambientes de este tipo. Esto es sumamente importante, ahí va a ser analizada para ver si es comestible o no y queremos que lo sea.
El segundo paso ya es un poco más ambicioso, que sería muy importante para nosotros, es una misión robótica que lleve a esa papa a Marte, para finalmente cultivarla en ese planeta, dentro de un sistema controlado.
- ¿Cuándo podremos cultivar en Marte el fruto de este trabajo?
Si tuviéramos resultados pronto podríamos acelerar todo el proceso. Estamos hablando de entre unos cinco o seis años. En el peor de los casos, si todo sale mal y tenemos que mejorar las cosas, llegará a unos ocho años. Nosotros tenemos el entusiasmo y la esperanza de que va a ser mucho más rápido porque la tecnología está avanzando de manera exponencial: lo que ahora podemos pensar que es complicado en el año próximo, en dos años puede ser mucho más fácil gracias a técnicas más precisas y más modernas.
- ¿Será posible ver otro tipo de vida en Marte además de la papa?