Nueva versión para el siniestro del Tu-154 ruso: "En realidad, las cosas no fueron así"

Un artículo publicado por el periódico ruso Kommersant, afirma que el "avión militar se estrelló bajo control", que no se cayó, sino se posó en el agua de manera controlada, bajo el mando del comandante.

Según el medio, modelos en 3D han demostrado que la aeronave despegó con normalidad. Sin embargo, en vez de continuar subiendo, el comandante de la tripulación, Roman Volkov, dio inicio a un proceso de aterrizaje pocos minutos después del despegue.

El artículo cita a expertos que afirman que una "desorientación del piloto en el espacio" podría ser una de las causas del accidente. Además, considera que la fatiga de la tripulación y el estrés emocional de los pilotos serían factores capaces de llevar provocar la tragedia.

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Por su parte, Viktor Pryadka, experto en aviación, subrayó que todavía es muy temprano para afirmar cualquier cosa. Es necesario investigar los detalles cuidadosamente, teniendo en cuenta todas las características del vuelo, de la aeronave y del aire, argumentó a Sputnik.

"Teóricamente [la desorientación del piloto en el espacio] es posible en el caso de pilotos sin experiencia, pero en este caso, los pilotos tenían muchas horas de vuelo (..) En realidad, las cosas no fueran así", declaró Pryadka.

El experto aseveró que en el caso del siniestro del Tu-154, difícilmente se puede hablar de la posibilidad de un aterrizaje controlado en el agua. Pryadka recordó que antes del accidente, el avión "empezó a girar", lo que muestra que se trató de una caída y no de un aterrizaje.

Anteriormente, el Servicio Federal de Seguridad de Rusia nombró las causas más probables del siniestro de la aeronave: la presencia de objetos extraños en el motor del avión, el uso de combustible de mala calidad, un error por parte del piloto o un fallo técnico. Según el órgano federal, no existen evidencias que apunten a la posibilidad de sabotaje o de un acto terrorista.

El pasado 25 de diciembre, un Tu-154 del Ministerio de Defensa ruso que había partido de Moscú con destino a Latakia, Siria, cayó en el mar Negro poco después de haber despegado del aeropuerto de Sochi, donde había hecho una escala para repostar.

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A bordo de la aeronave se encontraban ocho tripulantes y 84 pasajeros, entre ellos 64 integrantes del Conjunto de Canto y Danza Alexándrov del Ejército ruso que se dirigían a Siria para dar un concierto en la base de Hmeymim, así como ocho militares, nueve periodistas y la famosa activista humanitaria rusa Elizaveta Glinka.