La materia prima principal del acero toma como base el sistema óseo humano que, sin lugar a dudas, es una de las estructuras más resistentes creadas por la naturaleza. La dureza, resiliencia y ligereza del hueso otorga una estructura jerárquica, señaló un artículo de MIT News.
Los investigadores, después de estudiar la estructura ósea, siguieron el ejemplo de la naturaleza y crearon un metal con una nanoestructura similar. No incrementaron la viscosidad del material, como es usual, para hacerlo más duradero, sino que, en su lugar, mezclaron dos tipos de acero que difieren en su composición y fuerza. Así es como desarrollaron una estructura que imita la del hueso.
Hasta ahora, el manejo de este nuevo material se ha realizado solo en laboratorios, pero ya ha demostrado resultados alentadores.
Los ingenieros trabajaron el acero en ciclos de carga y descarga, y lo encontraron mucho más resistente en comparación con las muestras de otros fabricantes.
De todas formas, de acuerdo con los autores, si existieran microfisuras en el diseño, la probabilidad de proliferación es escasa.
Además, existe una diferencia en las clases de densidad del acero, que hace que las áreas separadas sean más flexibles y, por lo tanto, algunas microgrietas puedan eventualmente cerrarse.
En el futuro, esto servirá para crear cualquier tipo de estructuras, desde puentes hasta aparatos cósmicos, los cuales serán menos propensos al desgaste y proporcionaran más seguridad.