Según el autor del artículo, Sam Knight, hablar de la posible muerte de la reina, la cual actualmente tiene noventa años, se ha convertido en un tabú, en parte relacionado con el hecho de que Isabel II es un símbolo del país y pocos se imaginan una Inglaterra sin su monarca.
Sin embargo, este impactante suceso está planificado hasta el último detalle, de acuerdo con Knight.
"Es un asunto de importancia social, que será pagado con nuestro dinero [el de los contribuyentes] y que sin duda sucederá… [Además] la reina se acerca al final de su mandato en un momento intranquilo, cuando el puesto del Reino Unido en el mundo es incierto, y el país se ve lacerado por las contradicciones políticas en su interior", asegura el rotativo.
La BBC, el palacio de Buckingham y el Gobierno tienen planes para el día que la reina fallezca. Lo más probable es que la reina muera luego de una corta enfermedad, acompañada por su familia, de manera similar a como murió su madre.
El primer funcionario en saber de la muerte de la reina será su secretario personal, sir Christopher Geidt, quien informará a la primera ministra del país, Theresa May, o a su sucesor, usando la frase en clave "el puente de Londres ha caído".
Tras esto serán informados los 15 países de lo que Isabel II es reina oficialmente y los 36 países de la Mancomunidad Británica de Naciones.
En el Reino Unido, explica el autor, los periodistas se preparan de antemano para cualquier tipo de muerte (natural o accidental) para poder encontrar las palabras precisas el día en que esto sea necesario.
La muerte de la reina y la llegada de un nuevo monarca será un evento dramático. Pero el Reino Unido parece estar listo.