"Creemos que con tres radares más colocados en los lugares que faltan tendremos cubierto casi todo el norte argentino", señaló el ministro.
En la actualidad hay siete dispositivos en funcionamiento, entre radares móviles y de detección terrestre que tiene el Ejército.
Según Martínez, durante el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), los radares no funcionaban más de seis horas seguidas.
Pero desde que comenzó la administración de Mauricio Macri, en diciembre de 2015, el tiempo de control "se ha más que duplicado, y estamos yendo hacia un objetivo de 24 horas", dijo Martínez.
"Con el aumento de las horas de monitoreo, de las horas de vuelo, y con una mayor presencia de aviones hemos tenido un 22% menos de vuelos no identificados", puntualizó.
En todo caso, no se termina el narcotráfico con estas medidas, matizó el alto cargo, porque también hay que controlar la vía fluvial y terrestre que están en manos de la Gendarmería y la Prefectura y que dependen del Ministerio de Seguridad.
La lucha contra el tráfico de sustancias ilícitas fue una de las promesas del presidente Macri al inicio de su mandato.
"El mandatario no planteó involucrar a las Fuerzas Armadas en la lucha contra el narcotráfico, salvo en el control aéreo que realiza la Fuerza Aérea en apoyo de las fuerzas de seguridad, sobre todo en el norte" aclaró Martínez.
El Ejército tiene prohibido por ley arrogarse competencias en este ámbito, dado que la seguridad interna y el combate al narcotráfico dependen de la Policía Federal, la Gendarmería y la Prefectura.
Sin embargo, hasta ahora el Ministerio de Defensa no ha tenido que recurrir al derribo de aviones, autorizado por un decreto presidencial de comienzos de 2016.
Algunas de los aviones que cruzaron el espacio aéreo "se hicieron identificar, otros los hicimos aterrizar, pero hasta ahora no hicimos bajar ningún avión", afirmó.
Prioridades de las FFAA
En épocas de paz como la actual, la labor de las Fuerzas Armadas se concentra en misiones de paz, que Argentina ha desplegado en Chipre, Colombia y Haití.
"El año pasado asistimos a ocho provincias y este año a cinco", dijo.
Pero la mayor inversión de la cartera se destina al apoyo a la lucha contra el crimen organizado "porque requiere de radares, del aumento de las horas de vuelos y de aviones".
Para avanzar, la cartera de Defensa compró el año pasado a Estados Unidos aviones de instrucción básica.
En términos generales "se han perdido muchos aviones por falta de inversión, de capacitación, de modernización, de compras y de repuestos, y eso ha llevado a esta situación que estamos intentando revertir", señaló.
El Ministerio también trabaja con la Fábrica Argentina de Aviones "para recuperarla con la idea de seguir construyendo", aseguró.
Además, "después de 40 años, vamos a comprar para la Fuerza Aérea aviones de entrenamiento básico cero kilómetros, que no se construyen aquí, y quizás también incorporemos aviones de transporte, que tampoco se hacen en el país", añadió.
Hasta que complete su gestión en 2019, Martínez aspira a "recuperar las capacidades de la defensa, de jerarquizar y volver al respeto y al profesionalismo de las fuerzas", dijo.
Antes de asumir como ministro, Martínez fue diputado por la Unión Cívica Radical, uno de los movimientos políticos más importantes del país y parte de la alianza Cambiemos, que respaldó a Macri en su aspiración a la presidencia.
