"Seguimos creyendo que Masood actuó en solitario en el día del ataque y no hay datos de inteligencia que apunten a la preparación de nuevos atentados", cita el comunicado a Neil Basu, Alto Coordinador Nacional para la lucha antiterrorista.
Según Basu, "existe la posibilidad de que nunca conoceremos los motivos" de Masood, pues "a lo mejor se los llevó a la tumba".
Hasta el momento, la policía londinense puso en libertad a 10 de los 11 detenidos en relación con el ataque del 22 de marzo.
Ese día, Masood, oriundo de Kent de 52 años, embistió su automóvil contra la multitud que se encontraba en el puente de Westminster y luego intentó ingresar en el edificio del Parlamento británico armado con un cuchillo, antes de ser abatido por las fuerzas de seguridad.
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El atentado, reivindicado por Daesh (autodenominado Estado Islámico, proscrito en Rusia) se saldó con cinco muertos —un policía apuñalado por Masood, tres personas atropelladas y el atacante— y medio centenar de heridos, entre ellos nacionales de 10 países
Según han indicado la policía y los medios británicos, el perpetrador había cambiado de identidad y religión, desde Adrian Elms a Adrian Ajao y Khalid Masood.