Royen, un exestadístico de una empresa farmacéutica, cepillaba sus dientes cuando encontró la respuesta a la GCI, contó a Quanta Magazine. El jubilado se dio cuenta que el enigma matemático podría ser explicado analíticamente a través de fórmulas estadísticas, lo que le permitió usar ecuaciones con las que había trabajado toda su vida para solucionar la conjetura.
"En matemáticas, es frecuente que un problema aparentemente difícil puede ser resuelto al contestar una pregunta más general", señaló Royen al comentar la solución encontrada por él a la GCI.
El jubilado afirmó que espera que la "solución sorprendentemente simple pueda animar a los jóvenes estudiantes a usar su propia creatividad para encontrar nuevos teoremas matemáticos". Agregó, además, que "un nivel teórico muy alto no siempre es necesario" para realizar grandes hechos científicos.