Los ajusticiamientos se produjeron dos semanas después de que Hamás culpara a los israelíes del asesinato de uno de los líderes de su ala militar, Mazen Fuqaha, muerto a tiros el pasado 24 de marzo cuando se encontraba cerca de su casa, en el barrio de Tel al Hawa, en Gaza ciudad.
Los tres ejecutados fueron considerados culpables de colaboracionismo y de espiar "a la resistencia" para Israel en diversas ocasiones, según indicó el ministerio del Interior de Gaza. Ninguno de los tres tenía relación con el asesinato de Fuqaha.
"Estas sentencias se han aplicado de acuerdo con la ley de la sharia (islámica), nuestra verdadera religión, y según la ley palestina", señaló el Ministerio del Interior en un comunicado.
Las condenas de los acusados, de 55, 42 y 32 años, eran finales e inapelables.
El Ministerio del Interior subrayó el sábado pasado que está tomando "más medidas" contra los colaboradores.
Dos días después, la web de noticias Al Majd, cercana a Hamás, informó de que los servicios de seguridad habían arrestado a muchos colaboradores.
Ayer, el fiscal general designado por Hamás en gaza, Ismail Jaber, indicó que los colaboradores serían ejecutados "para aplicar el imperio de la ley y para conseguir disuadir" a posibles colaboradores.
Algunas ONG locales e internacionales condenaron las ejecuciones.
"La pena de muerte es una práctica bárbara que no tiene lugar en un Estado moderno", afirmó Sarah Leah Whitson, directora ejecutiva del área de Oriente Medio en la ONG Human Rights Watch (HRW).
"Las abominables ejecuciones en Gaza, por parte de las autoridades de Hamás, de tres hombres considerados colaboradores proyectan debilidad, no fortaleza", opinó Whitson.
"Las autoridades de Hamás nunca lograrán una verdadera seguridad ni estabilidad con pelotones de fusilamiento ni horcas sino respetando las normas internacionales y el imperio de la ley", recalcó la representante de HRW.