La contribución de Taylor a la ciencia de la computación y al mundo moderno, tal y como lo conocemos hoy en día, es incalculable. No en vano, Taylor es considerado una de las figuras más importantes de la informática.
En la década de los sesenta, Taylor trabajó conjuntamente con el Pentágono en la creación de ARPAnet, una red de computadores que buscaba unir a los diferentes proyectos de ARPA (Agencia Avanzada de Proyectos de Investigación) para comunicarse entre sí.
Pero la contribución de Taylor no acaba allí. Al abandonar el proyecto ARPAnet, el visionario informático se trasladó al Centro de Investigación de Xerox en Palo Alto, California, donde trabajó en inventos tan importantes en la actualidad como el ordenador portátil, el estándar Ethernet y los monitores de vídeo.
Taylor falleció el pasado 13 de abril en su casa, en EEUU, a causa de diversas enfermedades. Sin embargo, su legado en el mundo de la informática ha dejado una huella en el mundo moderno para siempre.