El 6 de mayo de 1942, en la fortaleza de la isla filipina Corregidor, el general estadounidense Jonathan Wainwright, comandante de las fuerzas aliadas en Filipinas, rindió la última guarnición de Estados Unidos en el país asiático a Japón, recordó Michael Peck, autor del artículo.
Según el Plan Naranja —plan de la Armada de EEUU para el caso de una guerra con el Imperio de Japón— la Marina de guerra estadounidense debería llevar a cabo un ataque impetuoso a través del Pacífico para ayudar a la guarnición filipina. La estrategia era arriesgada, pues las aeronaves y los submarinos japoneses reducirían significativamente la flota estadounidense con sus ataques. Al final, el ataque nipón a Pearl Harbor no dejó ninguna flota que pudiese venir al rescate de Filipinas.
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Además, pese a que la Fuerza Aérea del Lejano Oriente poseía unas 300 aeronaves, solamente cerca de un tercio de ellas eran modernas, el resto eran aviones obsoletos, subrayó el columnista de NI. La flota asiática basada en Manila tenía solamente un puñado de naves, algunos submarinos más el 4.º Regimiento de Marines.
El 8 de diciembre de 1941 (el día siguiente al ataque a Pearl Harbor), una aeronave estacionada en la base aérea de Clark, en la isla filipina de Luzón, debería haber sido enviada para atacar aeródromos japoneses en Taiwán. Por otra parte, el mal tiempo retrasó el ataque nipón por cerca de 9 horas, lo que posibilitaría a las fuerzas estadounidenses capturar los aviones de Japón aun en el suelo, si MacArthur lo hubiera autorizado. Pero el comandante supremo no lo hizo. En su lugar, fueron los japoneses quienes encontraron la flota aérea estadounidense en el suelo y la diezmaron, privando así a los 'defensores' de su única oportunidad de interrumpir el inminente ataque por parte de Japón.
Lamentablemente, el Plan Naranja pudo proporcionar suministros para sólo cerca de 43,000 soldados. Sin embargo, las tropas de Bataan lucharon valientemente e infligieron grandes pérdidas al lado nipón. Pero a menos que la Marina estadounidense pudiera resucitar instantáneamente los acorazados hundidos en Pearl Harbor, Filipinas ya estaba condenada.
Los japoneses, con un gran apoyo aéreo, terminaron derrotando a los 'defensores' ya hambrientos y enfermos. La mayoría de los soldados aliados finalmente se rindió, pero unos pocos llegaron a Corregidor, defendidos por una combinación de soldados del Ejército, de la Armada y de tropas filipinas, que terminó entregándose el 6 de mayo, concluyó Peck.