En los meses finales de la contienda, el régimen de Hitler intentó en diversas ocasiones firmar acuerdos separados con las potencias occidentales, en un intento de salvar el nazismo. La intención de los generales alemanes era rendirse ante las tropas anglo-estadounidenses, pero continuar la guerra con la Unión Soviética. Los gobiernos aliados, por su parte, no concordaron con las propuestas alemanas.
Estados Unidos y Gran Bretaña propusieron entonces que los líderes de las tres potencias aliadas anunciasen oficialmente la victoria sobre Alemania el 8 de mayo. El Gobierno soviético, por su parte, no estuvo de acuerdo con la decisión y requirió la firma de otra acta oficial de entrega incondicional de la Alemania nazi, ya que la confrontación en el frente soviético-alemán todavía no había cesado.
En la fecha del anuncio oficial de la rendición alemana (8 de mayo en Europa y América, y 9 de mayo en la Unión Soviética) es celebrado hasta hoy el Día de la Victoria.