La madre de la joven desaparecida, impulsó la creación del Colectivo de Personas Desaparecidas de San Fernando luego de que ella misma sufrió la desaparición de su hija Karen, en marzo de 2014, recordó.
"De manera extraordinaria y con gran valentía ella investigó por sus propios medios la desaparición de su hija, logró encontrar parte de sus restos e identificar a los responsables", apuntó Jarab.
En San Fernando, ciudad del estado petrolero de Tamaulipas, a unos 150 km de la frontera con Texas cerca de las costas del Golfo de México, ha sido marcada por el horror desde que ocurrió en 2010 la matanza de 72 ilegales centroamericanos secuestrados en una bodega, y le siguió el descubrimiento de fosas clandestinas con casi 200 cadáveres de migrantes asesinados por Los Zetas, un cartel fundado por exmilitares.
Horror sobre el horror
Esta premisa, "es una obligación máxima para quienes han solicitado al Estado el cumplimiento de dicho deber", recriminó la ONU-DH.
Jarab hizo un "enérgico llamado a las autoridades" para que brinden las adecuadas medidas de protección a la familia de la señora Rodríguez.
Las otras familias de personas desaparecidas en Tamaulipas, también están urgidas de protección, "particularmente considerando que dicho Estado encabeza las cifras de personas desaparecidas en México", dijo el alto funcionario internacional.
Miriam fue retratada por sus colegas como "una señora prospera, propietaria de un negocio, elegante, que contrastaba con la dureza y firmeza en sus argumentos".
"No se andaba por las ramas, como muchas sufrió el secuestro de su hija", recordó una de sus colegas anónimas en las redes sociales.
El relato anónimo que circula entre las redes de indignados mexicanos dijo que "su coraje y gran tenacidad, sin apoyo alguno de las autoridades, logró detener a los secuestradores de su hija; y ella misma los entregó a las autoridades".
"Con sus propias investigaciones logró encontrar los restos de su hija, todo lo logrado se vino abajo, los secuestradores y asesinos de su hija, se fugaron del penal de Ciudad Victoria Tamaulipas", a finales de marzo pasado.
Se trató de la fuga de 29 fugados reos peligrosos.
Los activistas, aterrorizados, pidieron protección urgente a las autoridades porque peligraba la vida de doña Miriam.
"Hace días que nos reunimos con un representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, que se quejaba de la negativa a prestarle protección", puntualiza el relato in memoria de "La Compañera Miriam".
La "madre coraje" se excusó con sus compañeros de no poder asistir a la marcha de las madres de los desaparecidos.
"Yo con todo el alma quisiera estar con ustedes, pero tengo que ir al doctor a revisar mi pie" fracturado, que la obligaba a usar muletas.
Ese Día de la Madre "un grupo de la delincuencia, llegó en la noche del 10 de mayo a su casa y la ultimó".