Según el medio, los habitantes de uno de los barrios en el noroeste de Sídney se hicieron testigos del raro 'aparcamiento'. Contaron que el piloto, tras aterrizar, salió del aparato, recogió tranquilamente su pedido y se marchó.
El Mando de Seguridad de Aviación Civil de Australia (CASA, por sus siglas en inglés) comunicó que el piloto podía efectuar el aterrizaje en el territorio del restaurante sin violar la ley, solo teniendo la autorización del propietario del terreno.
Actualmente el Mando está investigando si el piloto hambriento actuaba efectivamente en el marco de la ley.
