En cuanto a los métodos tradicionales, solo trabajan en impedir que el espermatozoide —que tiene que superar una distancia 24.000 mayor que la longitud de su cuerpo— alcance el óvulo. Al plantarse delante el óvulo, el esperma empieza a penetrar en la membrana de la célula. Gracias a la interacción de una proteína denominada CatSper con la progesterona, las proteínas motoras del espermatozoide producen el batido de cola necesario para que entre en la célula femenina.
A su vez, los científicos estadounidenses llegaron a la conclusión de que es posible sabotear esta reacción química a través del uso de algunos compuestos químicos. Así, el lupeol —que se encuentra en el aloe, las uvas, las aceitunas, el mango y el repollo— y la pristimerina, contenida en la planta Tripterygium wilfordii, conocida también como 'el vino del dios del trueno', son capaces de inhibir la respuesta del espermatozoide a la progesterona y, de este modo, prevenir la fecundación.
Los propios investigadores denominaron este método 'preservativo molecular'. Según la profesora asistente Polina Lishko, citada por el medio, este método universal puede usarse como un anticonceptivo de emergencia poscoital o precoital, así como en forma de parche o anillo vaginal.
"Este método es 10 veces más eficaz que cualquier otro actualmente en el mercado", indicó.
Aunque estas sustancias se encuentran en muy bajas concentraciones en las plantas mencionadas —lo que genera un inconveniente económico—, los científicos ya iniciaron los ensayos del 'preservativo molecular' en primates, y se espera que pronto se lleven a cabo las pruebas de este revolucionario anticonceptivo en humanos.