Una de las principales razones para eso es que sus abuelos no están cerca para sobrealimentarlos, según el estudio. Menos oportunidades para meriendas poco saludables y menos presión para el logro académico, también contribuyen a la menor tasa de obesidad de los niños migrantes.
Bai Li, de la Universidad de Birmingham, afirmó que "la obesidad infantil representa un peligro para la salud pública en China". Agregó que el 15% de los niños y adolescentes chinos, de 7 a 18 años, tienen sobrepeso u obesidad, lo que equivale a 30,43 millones de personas.
No obstante, los niños migrantes tienen menos oportunidades para meriendas poco saludables después de la escuela, ya que tienen que tomar autobuses a casa, mientras que los niños que viven en las poblaciones rurales a menudo compran comida de comerciantes callejeros sin licencia o en las puertas de la escuela les vienen a ver sus abuelas que les llevan tentempiés.
"Los futuros planes para las comunidades locales deben incluir la educación a los abuelos, la aplicación de regulaciones que limiten a los comerciantes de alimentos ilegales fuera de las escuelas y políticas educativas que equilibren el enfoque académico con el aumento de la actividad física", destacó Bai Li, citado por el medio.