"Por un lado se muestra y se sigue de una manera observacional el trabajo del equipo en sus excavaciones en algunos cementerios o en el laboratorio, cuando ellos comparan unos esqueletos y buscan señales en los restos", explicó Beraudi al programa 'En Órbita' de Sputnik.
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El realizador se propuso no solamente documentar el trabajo del EAAF en Argentina: el grupo ha trabajado en 30 países y sus especialistas son referencias mundiales en materia de recuperación de identidad. Por eso, la película registra su labor en El Salvador, donde participaron recientemente en investigaciones para reconocer a las víctimas de la guerra civil. Además, documenta desde la perspectiva de los familiares de dos desaparecidos argentinos y uno salvadoreño.
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"No solamente queríamos que se viera que el equipo es reconocido mundialmente, sino que nos también interesaba ver cómo eran los sentimientos, los deseos y las necesidades de un familiar [de desaparecidos] en Argentina, con un marco y una historia concreta y cómo se parecían a los que tenía un familiar de recuperar los restos de sus seres queridos en El Salvador, en un contexto totalmente diferente como la guerra civil", explicó el director del documental.
La selección de las historias de familiares a retratar planteó una dificultad enorme, ya que cada uno de los 30.000 desaparecidos "tiene historias conmovedoras y brutales". Aunque el EAAF abrió las puertas a los cineastas, "por una cuestión de confidencialidad y de respeto", la llegada a los familiares no podía ser a través de los antropólogos. Tampoco quisieron llegar a través de otras entidades y en su lugar optaron por contactar directamente a los protagonistas.
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"Desde el primer momento sabíamos que nos movíamos en un terreno bastante delicado. Entonces era muy difícil ir a alguien y decirle ‘Queremos contar tu historia'. El acercamiento era complicado", explicó Beraudi.
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A lo largo de la investigación y del proceso de rodaje fueron conociendo gente, como a David Toubes, hijo de un desaparecido que gracias a la labor del EAAF recuperó los restos de su padre. Dieron con él en un acto con motivo de los 30 años de la entidad forense, donde estaban tomando imágenes.
"Nosotros no lo conocíamos. Nos vio con las cámaras y se interesó por lo que estábamos haciendo. Nos pusimos a charlar y le explicamos que estábamos haciendo el documental. En un momento nos dijo que era hijo de desaparecidos e inmediatamente después nos dice que justo esa semana lo había llamado el equipo para avisarle que habían identificado los restos de su padre. Ese era un momento y una pieza clave porque encontrar a alguien que estuviera justo en ese momento era algo casi imposible", relató el documentalista.
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Beraudi recuerda la génesis de la película y el proceso de investigación como un momento muy "denso" debido a la dureza de los testimonios e historias en cada desaparición. En un momento, llegó a dudar de la misma viabilidad de su película, pero no claudicó, a pesar de que en ciertos momentos se vio desafiado.
"Había momentos que lo tenía que dejar porque me brotaban las lágrimas. Salía del lugar donde estaba investigando y paraba por un par de días. Eso me impresionó hasta tal punto que pensé que no tenía mucho sentido hacer la película después de todo lo que había escuchado y leído, que eran testimonios directos que estaban grabados y recopilados", comentó.