"El año pasado el 60% de los proyectos de inversión pública vinieron de fondos financieros internacionales. De llevarse a cabo esta medida este sería un golpe muy duro para la economía del país", agregó.
No es la primera vez que Estados Unidos mostró oposición al Gobierno sandinista de Nicaragua. En 2016 la administración del entonces presidente, Barack Obama, dijo estar "profundamente preocupada" por el triunfo de Ortega en las elecciones de ese año. La propulsora del Nica Act es la legisladora republicana Ileana Ros-Lehtinen, la primera cubano-estadounidense elegida al Congreso, quien junto con el congresista Albio Sires dieron inicio a la discusión el año pasado.
"La Nica Act aparece como una propuesta, ciega, sorda, e irracional, concebida por mentes insensibles, mal intencionadas, y cerradas completamente a reconocer el derecho de los nicaragüenses a vivir alejados de los conflictos de tiempos pasados", indicó en un comunicado el Gobierno de Nicaragua, según el diario nicaragüense El Nuevo Diario.
"Para Ortega es una medida injerencista de EEUU. Para algunos sectores de la oposición, sin embargo, es una cuestión que solo el presidente puede solucionar llamando a elecciones. La realidad es que nuestra economía es débil y no resistiría una cosa así", aseguró López.
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Para el periodista, las chances de que la Nica Act consiga votos a favor en el Congreso estadounidense son "muy grandes". "La congresista Ros-Lehtinen tiene mucha influencia en el Partido Republicano y en el Demócrata. Recibió el respaldo de 25 legisladores, 15 republicanos y 10 demócratas. Lo que llama la atención es que paralelamente la iniciativa se introdujo en el Senado y quien la promueve es el senador Marco Rubio, alguien con muchas influencias en el partido de Gobierno. La iniciativa podría ser aprobada en cualquier momento", concluyó.