"Los grandes se reunieron en un escenario extraordinario; Italia, superpotencia de cultura y belleza, que trabaja para la diplomacia y el diálogo global".
La víspera, el primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, declaró que la reunión de este 26 de mayo no será fácil, "pero Italia, como anfitrión de la cumbre, intentará hacerla productiva y capaz de acercar las posiciones" de todos sus participantes.
Mientras el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, dijo que se trata de "la cumbre de los Siete más difícil en muchos años".
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Según Tusk, los países del G7 intentarán encontrar la solución para "los problemas más complicados de la situación internacional", como el conflicto en Siria, la crisis en Ucrania, las pruebas nucleares y de misiles en Corea del Norte y el agravamiento de la situación y la militarización en el mar de la China Meridional.