"En la semana que terminó el 26 de mayo, las variaciones relevantes en el estado de cuenta fueron: Un aumento en la reserva internacional por 60 millones de dólares (m.d.). Así, su saldo al cierre de la semana ascendió a 175.138 m.d.", dice el balance del Banco de México.
Las reservas internacionales aumentaron 60 millones de dólares al final de la semana pasada, para alcanzar el mayor nivel en más de cuatro meses, desde la toma de posesión del presidente estadounidense Donald Trump, el pasado 20 de enero.
El incremento es el resultado de que el organismo autónomo encargado de la política monetaria del Estado mexicano registrara 767 millones de dólares en ingresos a la reserva internacional bruta.
En ese aumento de la reserva bruta, se destacan la compra de 299 millones de dólares a la petrolera estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) y otros 489 millones de dólares que ingresaron por la revaluación de activos internacionales.
Durante todo 2016, el banco central mexicano tuvo que salir varias veces a vender dólares a los mercados de divisas, para proteger el peso, que se cotiza en un régimen sujeto a la oferta y la demanda en los mercados financieros.
En todo el año pasado, el peso mexicano se depreció casi 20%, en el marco de la volatilidad financiera que provocó el ascenso de Trump a la Casa Blanca.
Pero la moneda de la segunda economía latinoamericana muestra ahora un buen desempeño, entre síntomas de mayor resistencia de la economía mexicana a los vaivenes internacionales que la prevista por analistas.
Malabares del Banco Central
El propósito de las ventas de dólares efectuadas por el Banco de México cuando la depreciación en un solo día amenaza con salirse de control, es proteger el peso de los ataques de los especuladores contra esa moneda, una de las utilizadas entre las divisas de los mercados emergentes.
Desde la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 1994, que será renegociado a finales del próximo verano boreal, el peso se cotiza ante el dólar y otras monedas extranjeras en un régimen de libre flotación, sujeto a la oferta y la demanda y sin intervención directa del Gobierno de México.
La moneda muestra en las últimas semanas un buen desempeño, entre síntomas de mayor resistencia de la economía mexicana que la estimada por analistas, de cara a los vaivenes internacionales.
En la misma semana pasada la base monetaria registró el segundo descenso consecutivo, con una reducción de 8.502 millones de pesos en circulante, la mayor en las últimas cinco semanas, con una tasa de cambio de 18,48 pesos por dólar.
Pero la cantidad de circulante en billetes, monedas y depósitos bancarios en cuenta corriente del banco central aún suma 1,37 billones de pesos (unos 74.134 millones de dólares al cambio actual), lo que representa un crecimiento anual de 13,10% de la masa monetaria circulante en la economía mexicana.
Esa masa circulante es observada por analistas en temas transparencia como un posible reflejo del dinero sucio y evasiones al fisco de las campañas políticas.
Esa línea de crédito que no ha sido utilizada tiene un monto de 86.000 millones de dólares, aprobada a finales de mayo de 2016.
México nunca ha utilizado esa opción que el FMI le otorgó por primera vez en 2009, en el marco del estadillo de la crisis financiera mundial originada en EEUU.
Ese blindaje adicional estará vigente por dos años.
"Desde la aprobación de la Línea de Crédito Flexible, la economía de México ha mostrado 'resiliencia' ante los episodios de volatilidad en los mercados financieros", dijo la semana pasada el presidente interino del directorio ejecutivo del FMI, David Lipton.
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No obstante, el organismo internacional advirtió que México continúa enfrentando "riesgos externos elevados relacionados con la incertidumbre sobre el futuro de las relaciones bilaterales con EEUU", particularmente en materia comercial, de cara a la renegociación del TLCAN.