"Esperamos de Japón cautela en las declaraciones y las acciones relacionadas con el mar del Sur de China y un papel constructivo en la solución de las disputas entre los países de la región", cita el Ministerio de Exteriores chino a Yang Jiechi, antiguo canciller y, hoy en día, miembro del Consejo de Estado y copresidente de la cuarta ronda del diálogo político que China y Japón celebraron en Tokio.
Tokio, que mantiene con Pekín un litigio sobre las islas Senkaku (Diaoyu) —un archipiélago bajo administración japonesa en el mar Oriental de China— hace de vez en cuando comentarios acerca de las disputas en el mar del Sur de China, lo que molesta a su vecino.
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Pekín reclama el derecho a construir instalaciones militares en el archipiélago Spratly (Nansha, en chino), un centenar de islotes y arrecifes esparcidos en un área de más de 400.000 kilómetros cuadrados en el mar del Sur de China.
También Brunéi ha ocupado algunos arrecifes del archipiélago, sin reclamarlos formalmente.
La Corte de Arbitraje Internacional de La Haya dictaminó en julio de 2016, a petición de Filipinas, que no existe una base legal para las reclamaciones que presenta Pekín en la zona marítima comprendida dentro de "la línea de nueve puntos" en el mar del Sur de China.
Además dispuso que Spratly no son islas y no conforman una zona económica exclusiva, pero China respondió que no reconoce y no acepta ese dictamen de La Haya.