Según Kistanov, en estos días los temores en Japón se están convirtiendo en histeria a nivel nacional. El experto afirma que los habitantes de las regiones del país que están bañados por el mar de Japón —también conocido como el mar del Este— se están preparando para los ataques norcoreanos contra centrales nucleares y para el desembarco de las tropas del país juche, indica el experto.
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Tokio entiende la gravedad de la situación e insiste en que Pekín corte el comercio con Pyongyang, ya que el gobierno japonés considera que esta es la única fuente que asegura la supervivencia del gobierno de Kim Jong-un.
El entrevistado opina que es poco probable que los chinos den tal paso porque esto inevitablemente resultaría en un colapso y en la crisis económica en la nación juche. Señaló que está opción evidentemente no le conviene a China porque las implicaciones de este escenario prometen ser devastadoras.
Incluso en caso de que el cambio de poder en Corea del Norte se realizara de manera pacífica, China tiene miedo de tres cosas. Las primeras dos son el problema de las armas nucleares norcoreanas y el flujo de refugiados del país juche a China.
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"Pekín no puede permitirse que alguien cruce esta 'línea roja'", dijo Kistanov.
Por lo que respecta a la solución armada del problema norcoreano, esta causaría una catástrofe en la región y los primeros afectados por la represalia de Pyongyang serían Japón y Corea del Sur.
"Mientras EEUU está al otro lado del océano, Tokio y Seúl se enfrentan a una situación sin ganador posible", expresó.