"Los compromisos de México con el Acuerdo París, son positivos; pero no son lo suficientemente ambiciosos, y las políticas implementadas son contradictorias, porque el Gobierno sigue en busca de la mayor explotación de sus recursos energéticos fósiles", indica el análisis sobre matriz ambiental mexicana del experto.
Esa reflexión, dijo el líder ecologista, "es aún más importante ante la deplorable y peligrosa decisión del presidente Donald Trump, de retirar a EEUU de ese vital pacto mundial, que reducirá las posibilidades de la humanidad para controlar el cambio climático".
Esos compromisos obligan al país latinoamericano a reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en un 30 por ciento para 2020, y en un 50 por ciento para 2050, respecto a lo emitido en 2000, como línea base.
Sin embargo, las políticas públicas mexicanas son contradictorias: "las acciones para reducir el uso de combustibles fósiles para la generación de energía son muy limitadas", considera el director del capítulo mexicano de la organización internacional.
Las metas de reducción mundiales, y las comprometidas por México, "no nos garantizan que la humanidad podrá limitar el calentamiento global, menos de 1,5 grados de aumento de la temperatura promedio hacia fin de siglo XXI", explicó.
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Aun si se cumplieran esas metas, "el resultado será un incremento de 3 grados de la temperatura promedio, que sería un punto de no retorno del calentamiento global".
"Las chances de revertirlo serían nulas, porque ya hay pruebas de un desquicio de los indicadores climáticos", pronosticó.
Metas cortas, ejecuciones malas
México tiene mucho potencial en manejo del consumo de energía eléctrica, "pero vemos una gran contradicción en las políticas públicas, por un lado, un compromiso internacional respetable, a pesar de que es moderado, por otro, el Estado mexicano sigue enfocado en extraer del subsuelo la mayor cantidad de petróleo posible", afirmó el ecologista.
En efecto, el Gobierno aplaude sus éxitos en atraer cada vez más inversión extranjera y privada a la explotación de sus recursos fósiles que sumaron, desde julio de 2015 a la fecha, casi 70.000 millones de dólares en contratos petroleros.
Para desacoplar al país lo más posible, de manera progresiva de esa matriz energética, "el Gobierno de México da pasos tardíos, mientras festeja sus nuevas subastas de combustibles fósiles", en sus yacimientos localizados en el lecho marino del golfo de México, bajo las profundas aguas territoriales.
"A las élites políticas y empresariales no les importa hacer esfuerzos para luchar contra el cambio climático, ni dan muestras claras ni contundentes de que la política energética cambió realmente, tras la firma del Acuerdo de París", resumió.
Energía verde marginal
A pesar de las licitaciones e inversiones en energías verdes, "las renovables siguen siendo muy marginales, para un país con un enorme potencial en energía solar y eólica", considera Ampugnani.
La movilidad y el transporte es otro tema que evidencia las contradicciones que existen entre el discurso y lo que sucede en la realidad.
"México invierte en transporte por carreteras y puentes, facilita el tránsito de los vehículos privados por las grandes ciudades, a costa de un servicio público desconectado, inseguro y contaminante, que no permite una movilidad digna para el público", sentenció el ambientalista.
El derroche de energía es de tal magnitud que "el país desperdicia un nicho de oportunidades de uso eficiente de 40 por ciento de energía eléctrica que se desperdicia y se pone en peligro, porque aún falta un cambio de mentalidad y concepción", indica el examen del ecologista.
Para colmo, "cuando se toman buenas decisiones, se hacen con las patas", expresó.
Así lo demuestran los conflictos por la tierra que estallan ante inversiones verdes.
"Esos proyectos en renovables se ejecutan con prepotencia y sin consideración de las comunidades indígenas que se alzan ante los abusos", reseñó.
Por otra parte, los planes para rescatar especies de la fauna en peligro, como la vaquita marina del Golfo de California, "son tardíos y mal ejecutados", ilustró.
"Se han llegado al extremo de presentar en el Senado propuestas legislativas para privatizar la riqueza de la biodiversidad biológica", apuntó.
Otro caso lamentable es la lista de pesticidas prohibidos, que no ha sido actualizada a los estándares internacionales, y los recursos naturales están bajo presión constante.
"Uno de los botines de las trasnacionales farmacéuticas y agroalimentarias en México, son los recursos genéticos como el maíz y el frijol, manejados por las comunidades indígenas durante siglos", puntualizó.
La Asamblea General de Naciones Unidas estableció en 1972 que el 5 de junio se celebre el Día Mundial del Medio Ambiente, cuyo lema de este año es "Conectar a las personas con la naturaleza".
