Sus creadores afirman que les llevó dos años diseñarla. Las paredes del habitáculo están formadas por seis capas que ayudan a amortiguar y detener los sonidos provenientes del exterior. Además, están compuestas por placas de 13 centímetros de grosor que captan los impactos producidos por ondas acústicas o electromagnéticas.
"El secreto está en el tiempo y en la energía que dedicamos a aislar su sistema de aspersores antiincendios, en sellar la puerta, en instalar un sistema de suministro de aire especial y en la forma en que los cables entran en ella. Hay muchas cosas a las que les dimos muchas vueltas y que hacen que esta habitación sea única", comentan sus creadores, en declaraciones a la BBC.
Dicen quienes han estado en el interior de esta estancia que puede escucharse incluso el sonido de los huesos y las articulaciones.
En el momento en el que una persona entra en la cámara, su voz deja de sonar porque no rebota en las paredes y los que lo han probado afirman que la sensación al tratar de hablar es parecida a la de gritar contra una almohada.
La persona que ostenta el récord de permanencia en su interior aguantó 45 minutos… y es una experiencia que no le recomienda a nadie.