"Si el conflicto se desarrolla y a Catar lo presentan como el patrocinador mundial del terrorismo entonces se podrían imponer ciertas sanciones", dijo.
Solonikov señaló que no tendría sentido que los países productores de petróleo y gas impongan sanciones a Catar y dejen de comprarle gas.
Entre las causas de la crisis entre Catar y países del Golfo mencionó la reciente visita a Arabia Saudí del presidente de EEUU, Donald Trump, que, según el experto contribuyó a la división entre los países de la región.
"Algunos países pertenecen a la coalición de EEUU y sus regímenes podrán hacer lo que quieran, mientras otros pertenecerán a los marginados", dijo Solonikov al agregar que se trata de Irán y ahora de Catar.
Según el experto la ruptura de las relaciones diplomáticas da inicio a la expulsión de Catar del mundo árabe.
Entre los ámbitos donde Catar sufrirá principales daños Solonikov mencionó la economía, la educación y el espacio mediático.
Un total de siete países —Arabia Saudí, Bahréin, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Libia, Yemen y Maldivas— anunciaron que rompen relaciones diplomáticas con Catar por el supuesto apoyo de este país al terrorismo.
Riad, Manama, El Cairo y Abu Dabi anunciaron también la suspensión de las comunicaciones terrestres, marítimas y aéreas con la monarquía del golfo Pérsico.
Egipto llamó a las naciones y compañías amigas a imponer restricciones similares a Catar, pero algunos países, como Pakistán, ya dieron a entender que no piensan seguir el ejemplo.
El conflicto entre Catar y otros actores regionales se desató después de que la agencia de noticias QNA citara unas supuestas declaraciones del emir catarí a favor de normalizar las relaciones con Irán.
El Ministerio de Exteriores catarí afirmó más tarde que el polémico discurso era falso, obra de piratas informáticos que habían atacado el sitio web de la agencia, pero Arabia Saudí, Bahréin y Emiratos Árabes Unidos dieron poco crédito a la explicación.
La actual crisis diplomática entre Catar y otros países de la región no es la primera.
En 2014, Arabia Saudí, Bahréin y Emiratos Árabes Unidos retiraron a sus embajadores de Doha en protesta por el apoyo catarí a organizaciones chiíes que consideran terroristas.