"El objetivo de Arabia Saudí y EAU es Catar, que desde hace tiempo, no se conforma con la opinión común de los países del golfo Pérsico sobre Irán. El 5 de junio, Riad y varios otros países árabes rompieron relaciones con este emirato, enriquecido gracias al gas, mientras Arabia Saudí prohibió a los aviones de Catar volar sobre su territorio, cerró la frontera terrestre y el tránsito para las naves a través de sus aguas. De hecho, desde cualquier punto de vista es un motivo de guerra", escribe.
A pesar de que los periodistas de los medios occidentales se apresuraron a acusar de hackeo a los 'tradicionales' hackers rusos, el mismo emirato descartó estas acusaciones mientras el experto ofrece dos escenarios posibles.
Por un lado, para él "no se puede descartar que el primer hackeo fuera organizado por Teherán, indignado por la postura antiraní de los participantes de la cumbre en Riad, celebrada los días 20 y 21 de mayo". De ser verdad, el motivo de Irán podría ser su aspiración a mostrar la desunión de los países del golfo Pérsico tras la visita del presidente estadounidense, supone.
"Arabia Saudí y EAU calificaron aquel golpe de estado familiar de peligroso precedente para las familias gobernantes del golfo Pérsico y comenzaron a tejer conspiraciones contra Hamad", afirma.
En algún momento, sostiene, las tensiones alcanzaron un nivel tal que "los Emiratos Árabes Unidos prepararon sus helicópteros de combate para el despegue con el fin de apoyar la posible intentona golpista en Catar", pero el complot se descubrió. Así, "la postura paranoica" del emir catarí "parece bien justificada", según el autor.
La precaria situación de Catar
El pequeño Estado goza de las segundas reservas de gas natural más grandes del mundo tras Irán, que exporta a diferentes países en Europa y Asia. Otro factor importante es la presencia en su suelo de la base aérea de EEUU, que se convirtió en puesto de mando de la campaña estadounidense contra los terroristas en Irak y Siria.
No obstante, mientras la administración estadounidense "puede considerar a Catar poco imparcial por sus intentos de establecer un balance entre EEUU e Irán", las tensiones actuales no son ventajosas para ninguno de los actores clave en la región.
"Esa confrontación ha sido una prueba para la poco experimentada Administración Trump. Hace un par de semanas el príncipe heredero saudí se impuso contra el emir catarí durante la cumbre en Riad para ponerse del lado de Trump, y ahora Arabia Saudí y EAU tratan de hacer lo mismo en la arena internacional. Sobre esta crisis, los consejeros presidenciales de Trump no le habían informado", concluyó.