"No hay mejor prueba de estrés para una nueva aeronave que las operaciones de vuelo sostenido. Una expedición en el extranjero mete presión adicional en el mantenimiento de los aviones", comentó a The National Interest Mike Kofman, científico del Centro de Análisis Naval de EEUU especializado en asuntos militares rusos.
Vasili Kashin, miembro del Centro de Estudios Europeos e Internacionales de la Escuela Superior de Economía de Moscú, cree que los cambios que hará falta hacer son menores.
"Básicamente, como yo lo entiendo, hubo algunos pequeños problemas que surgieron durante el uso intensivo de este caza durante la guerra", expresó Kashin.
Lo que la Fuerza Aérea de Rusia sí necesita, opina Kashin, son unos contenedores de búsqueda de blancos similares a los Sniper de Lockheed Martin o los Litening de Northrop Grumman.
En este momento, solo el bombardero Sukhoi Su-34 Fullback tiene una buena capacidad de orientación aire-tierra electro-óptica/infrarroja, gracias a un sistema integrado llamado Platan. El Su-30SM y el Su-35 tienen que confiar en sus radares para apuntar a los objetivos de aire-tierra, debido a la falta de un sistema de búsqueda de blancos adecuado.