Ígor Fesenko, investigador del Instituto de Química Biorgánica de la Academia de Ciencias de Rusia, apuntó que, según las teorías anteriores, el empalme alternativo permite que los genes codifiquen un gran número de distintas proteínas. Sin embargo, los científicos rusos lograron demostrar que no es así.
Estos principios describen la dirección en la que puede moverse la información genética dentro de organismos vivos. Así, según esta teoría, la transferencia de información en los sistemas biológicos es universal y unilateral: el ADN de todos los organismos controla la forma de las proteínas y el ARN, pero no viceversa. Además, las proteínas no son capaces de cambiar la estructura del ADN y del ARN, mientras que el ARN puede controlar la forma de las proteínas, pero no el ADN.
Así, cuando el núcleo de una célula del ADN genera una molécula del ARN, este puede 'editarse' por la molécula de diferentes maneras y es capaz de deshacerse de las partes 'innecesarias'. Este cambiará significativamente la forma del funcionamiento de la molécula de proteína.
Fesenko y sus colegas estudiaron el proceso en las células de uno de los organismos multicelulares más antiguos y primitivos —el musgo Physcomitrella patens—, sometiéndolas a diverso factores de estrés, tales como la falta de agua, de luz y de nutrientes.
Por lo tanto, la cadena 'ADN-ARN-proteína' se ha roto: los cambios en las estructuras de sus dos primeras partes no afectó el funcionamiento del último eslabón.
Por el momento, los investigadores se centrarán en la función biológica del empalme alternativo y el papel de la interacción entre las moléculas del ARN en este proceso.