En particular, todavía no está claro el destino del contrato, avalado en noviembre de 2016 tras varios años de negociaciones, sobre el suministro de una entera flotilla de 72 aviones de cuarta generación F-15 de fabricación estadounidense a Catar.
Pero hasta ahora el contrato no ha sido ratificado por Catar, según las fuentes citadas por Defense News, así que el destino de las líneas de producción del caza no está definido.
El Pentágono, también, tenía su interés en este contrato: la conservación de los probados F-15 y F/A-18 de Boeing sería una 'póliza de seguro' ante los posibles retrasos en el desarrollo del caza F-35, plagado de sobrecostes y problemas técnicos hasta la actualidad.
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La peculiaridad radica en que el presidente de EEUU, Donald Trump, se manifestó a favor de la presión de las naciones árabes contra Catar, acusado de financiar grupos terroristas y tolerar ideología radical, aludiendo en sus tuits que la acción contra el emirato se produjera tras su gira por Oriente Próximo y, particularmente, su reunión con los líderes de los países del golfo Pérsico en Riad.
A su vez, los senadores estadounidenses, los representantes de Boeing y los analistas del sector aeronáutico, citados por el medio, coinciden cautelosamente en que "el acuerdo se mantendrá" ya que las declaraciones de Trump "buscan más bien demostrar éxitos en la lucha antiterrorista y no impedir contratos que crean puestos de trabajo en EEUU".
No obstante, hasta hoy en día los documentos enviados por EEUU a Catar para sellar el acuerdo no han recibido respuesta.
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De realizarse el contrato, los 72 aviones F-15 se sumarían a los 24 Rafales franceses, encargados por Catar, formando para el emirato una potente fuerza aérea de casi un centenar de aviones de combate modernos.