En una publicación de Harvard Health, el médico Robert H. Shmerling expone tres razones para que nunca hurgues en tus oídos con ayuda de estos pequeños instrumentos que parecen tan inofensivos e incluso buenos para la salud.
1. Es innecesario
2. Puede ser perjudicial
Insertar un hisopo con punta de algodón (o cualquier otra cosa) en el oído puede dañar el canal auditivo o el tímpano. También puede empujar la cera hacia el fondo del canal, lo que la hace más difícil de quitar. Esto puede causar una sensación de presión en el oído y disminuir la audición. Más allá de esto, coágulos del cerumen empujados hacia abajo, hacia el tímpano, pueden conducir a dolorosas infecciones de oído.
3. Tener cera en el oído no es un signo de mala higiene
El organismo de algunas personas produce más cerumen, mientras que el de otras, genera menos. Esto varía según la etnia, la edad, el medio ambiente e incluso la dieta. Pero si tienes cera en el oído, no te apresures a sacarla.