"Lo peor es que Washington está convirtiéndose en combatiente activo, lo que lo enfrenta con Irán, su aliado de la OTAN, Turquía y Rusia. Y todo eso ocurre en aras de intereses geopolíticos mínimos. En otras palabras, la cuesta abajo de la Administración Trump hacia la confrontación en Siria es una locura", escribe Bandow.
A este respecto, Doug Bandow considera que EEUU carecía de razones evidentes para involucrarse en el conflicto. Siria nunca atacó ni amenazó a Washington.
El periodista sostiene que la entrada lenta de la Administración Trump en la guerra en Siria es extremadamente peligrosa.
Al lanzar sus fuerzas de operaciones especiales para apoyar el avance de los kurdos y las fuerzas árabes sobre la ciudad de Al Raqa —considerada la capital de los terroristas de Daesh en Siria—, EEUU colocó a sus tropas justamente entre dos bandos beligerantes, dado que Turquía también está involucrada en el conflicto.
"Realmente, Ankara dedica más esfuerzos a atacar a las milicias kurdas que a luchar contra Daesh", explica el periodista.
Además, el Gobierno de Erdogan ha criticado duramente y en repetidas ocasiones a Washington por su cooperación con las milicias kurdas. "Y es muy poco probable que deje de aplicar su política agresiva" respecto a los kurdos, afirma Bandow.
Aunque las autoridades sirias respondieron con palabras a esta ofensiva, el periodista de National Interest admite la posibilidad de que, en un futuro, Damasco podría atacar a EEUU excusándose en la necesidad de autodefensa.
"El derribo de un avión estadounidense obligaría a Washington a decidir si está completamente fuera del conflicto o totalmente dentro".
Irán también puede responder a los ataques de EEUU perpetrados contra sus aliados, ya que el país vecino tiene más importancia para Teherán que Washington, que se halla muy lejos.
EEUU ha estado de forma sistemática estropeando su política aplicada en relación a Oriente Próximo. La intervención en Líbano, la explotación de la situación en Irak, la creación del caos en Libia, el apoyo a la agresión saudí en Yemen… ninguna de estas estrategias ha salido bien ni lo hará en el futuro, concluye Bandow.
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