El monumento fue erigido con motivo del 300 aniversario de la llegada del monarca ruso Pedro el Grande a Bélgica, que tuvo lugar en 1717.
"Este suceso simboliza el potencial de buena voluntad que existe a diferentes niveles, mientras preparábamos el proyecto, vi un enfoque positivo e interesado del desarrollo de las relaciones ruso-belgas por parte de las autoridades de la ciudad y de la provincia de Lieja, por parte de organismos sociales y de la gente en general", dijo en la ceremonia de inauguración el embajador de Rusia en Bélgica, Alexandr Tokovinin.
En la ceremonia de apertura estuvieron presentes personalidades destacadas de ambos países, así como el gran príncipe Gueorgui Románov, representante de la familia real rusa.
Pedro el Grande cuenta en Bélgica con un monumento en la ciudad de Antwerpen, establecido en 1998 y un busto en Bruselas, obsequiado en 1856 por el príncipe ruso Demídov.