Conozca el telescopio capaz de explicar el origen de todo

Este instrumento es un proyecto binacional entre el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica de México, y la Universidad de Massachusetts, de Estados Unidos. El montaje de la estructura y puesta en funcionamiento llevó más de 20 años. Su desarrollo costó 200 millones de dólares, el 70% de la inversión la destinó  México (120 millones de dólares), y el 30% Estados Unidos, (60 millones de dólares).

​Es considerado uno de los instrumentos científicos más avanzados y potentes del mundo. El telescopio de plato único y movible permite hacer observaciones astronómicas en longitudes de onda de 0.85 — 4mm. Su objetivo es contribuir a un mejor y más detallado entendimiento de la formación y evolución de estructuras del Universo.

"Al principio de los 90 nuestro colegas de Universidad de Massachusetts, y astrónomos del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica, estaban pensando en un proyecto importante de astronomía, el próximo paso en la exploración del universo, se pusieron de acuerdo para construir un telescopio más grande de los que existía en los años 90 en el mundo,  y ese es el Gran Telescopio Milimétrico", dijo a Sputnik Arturo Gómez, astrofísico mexicano que trabaja en el Telescopio.

Las observaciones en longitudes de onda milimétricas ofrecen una oportunidad única para estudiar los ambientes más fríos, densos y oscuros en el Universo, los cuales a su vez suelen ser las regiones donde se origina la formación de estructuras. Con el instrumento se busca estudiar la formación de las primeras estrellas y de los planetas, y la síntesis de moléculas complejas que dan a la formación de la vida, explicó el científico.

El telescopio se encuentra situado en la cima del Volcán Sierra Negra a una altitud de 4.600 metros, lo que permite alcanzar una mejor exploración de procesos físicos.

"La ubicación se seleccionó con base a pruebas de transparencia atmosférica. Fueron varios candidatos dentro de México, en el centro y norte del país. Fue el Volcán Sierra Negra, que está enfrente al pico de Orizaba, la montaña mexicana más alta, a 4.600 metros sobre el nivel del mar. Este sitio alberga las condiciones más idóneas para construir este instrumento", señaló.

La construcción del aparato tardó cinco años, de 2000 a 2005. A partir de entonces hasta 2013 se fue mejorando la superficie de la antena, que es la parte más importante desde el punto de vista científico porque es la que capta la luz. Desde entonces el instrumento está funcionando.

"Estamos funcionando con dos instrumentos. Uno mide la distancia a galaxias muy lejanas. Es capaz de detectar moléculas en otras galaxias y dentro de nuestra galaxia. También tenemos otro instrumento, el Bolómetro, que mide la temperatura de los objetos en el cielo. Con ese podemos tomar fotografías desde el cielo", agregó.

Entre el 4 y el 10 de abril del 2017, el GTM participó en el experimento Telescopio del Horizonte de Eventos para observar el agujero negro súper masivo ubicado en el centro de nuestra galaxia.

Gómez explicó la importancia de este proyecto de investigación, que contó con la participación de los ocho telescopios milimétricos más importantes del mundo. "El objetivo científico es observar por primera vez la sombra de un agujero negro súper masivo. Uno de los proyectos de la Astrofísica más importantes, porque nunca se ha podido ver directamente un agujero negro. Las maneras de hacerlo es a través de la luz milimétrica. Para poder detectar el fenómeno se necesita de la participación de todos los telescopios milimétricos en el mundo de gran tamaño, para poder captar esa luz.  Formarían un telescopio del diámetro de la tierra, por medio de una técnica que se llama interferometría. Es un tipo de investigación muy compleja, y para que se logren conclusiones, pasarán años", contó.

El GTM representa el instrumento científico más grande y complejo construido en México. Según explicó Gómez, esto ha ayudado al país en su desarrollo tecnológico, y en la capacitación de profesionales en estas áreas.

"El beneficio que ha tenido para un país como México ha sido grande, desde el punto de vista de la educación y también del desarrollo tecnológico. Las instituciones y científicos mexicanos y latinoamericanos vamos subiendo, pero tenemos que subir bastante rápido teniendo en cuenta la el ritmo que hay en el mundo. Como experiencia el GTM vale mucho la pena, y podría ser un ejemplo para otras instituciones de la región", concluyó.