Según el medio, el edificio fue encontrado a una docena de metros de profundidad cerca del Coliseo y presenta un buen estado, gracias a la erupción del Vesubio que favoreció la conservación de la madera.
En la casa se halló el esqueleto de un perro, "acurrucado delante de la puerta y probablemente atrapado en el edificio en el momento del incendio", según la intendencia superior de la capital italiana, citada por el periódico.
También se conservaron muebles y el suelo de mosaico blanco y negro.
"Lo que aporta este descubrimiento a Pompeya es que asistimos a un momento de la historia", expresó el intendente superior Francesco Prosperetti y explicó: "El fuego que puso fin a la vida en esa vivienda nos permite imaginar la vida en un momento preciso".