A mediados de junio, fuertes tormentas de granizo golpearon distintas localidades en la región siberiana de Altai y causaron graves daños materiales. El inesperado fenómeno climático rompió ventanas de automóviles y tejados de edificios, y destruyó invernaderos y plantaciones.
La ciudad de Novosibirsk, capital de la óblast de mismo nombre, fue azotada por fuertes vientos acompañados de una tormenta de polvo. La fuerza de la naturaleza causó una víctima fatal. Según Siberian Times, una mujer ha muerto tras ser golpeada por un árbol en caída.
En el norte del país eslavo, las condiciones meteorológicas poco comunes en el verano también han sorprendido a los locales. A lo largo del mes de junio, los habitantes de Múrmansk —ciudad ubicada a unos 1.500 kilómetros al norte de Moscú— han observado nevadas y temperaturas extremadamente bajas para la estación. Pese a que Múrmansk es una de las ciudades más norteñas y frías de Rusia, las tormentas de nieve a finales de junio son un evento meteorológico muy raro.
Мурманск. 21 июня 2017 pic.twitter.com/QhSIdrVP8v
— Змей (@udaff_ka) 21 de junho de 2017
Los científicos rusos creen que las anomalías climáticas recientes están relacionadas con el movimiento de los frentes atmosféricos. Según Dmitry Kiktev, vicedirector del Centro Hidrometeorológico de Rusia, las extrañas condiciones meteorológicas se deben a la forma en que las olas de frío del Ártico y el clima cálido del sur se están moviendo en la atmósfera, alimentados por el calentamiento global.