"El rumbo de Pristina encaminado a crear unas auténticas fuerzas armadas representa una verdadera amenaza a la seguridad en los Balcanes, eso revela la necesidad de que la labor de la misión de la OSCE en Kosovo continúe y hace falta que se fomente", cita a Kelin la Cancillería rusa.
Kosovo, antigua provincia serbia poblada mayoritariamente por albaneses, proclamó en 2008 su independencia de Belgrado de forma unilateral con el apoyo de EEUU y varios países europeos.
Serbia no reconoce la independencia de Kosovo, pero, bajo la presión de Bruselas, se vio obligada a iniciar negociaciones para normalizar las relaciones con los albaneses de Kosovo con la mediación de la UE.
De los 1,8 millones de habitantes de Kosovo, 120.000 son serbios étnicos.
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Belgrado y Pristina acordaron la creación en Kosovo de una Unión de Comunidades Serbias autónoma, autogestionada y con bandera propia, cuyo Estatuto tenía que haberse elaborado el 25 de diciembre de 2015, pero hasta la fecha no se ha hecho nada.