El 26 de junio la Casa Blanca acusó a Damasco de preparar un ataque químico y declaró que, en caso de que se produzca, las autoridades sirias "lo pagarán caro".
"Habrá una nueva espiral de politización extraordinaria en las plataformas de la OPAQ (Organización para la Prohibición de Armas Químicas) en La Haya y en el Consejo de Seguridad de la ONU en Nueva York", dice el comunicado.
Subraya que Rusia "seguirá exigiendo una investigación profesional e imparcial no solo del ataque en Jan Sheijun sino también de otras reincidencias del terrorismo químico en Siria e Irak, según la resolución 2319 del Consejo de Seguridad de la ONU".
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La oposición siria denunció el 4 de abril un supuesto ataque con armas químicas en la ciudad de Jan Sheijun (provincia de Idlib), que se saldó con más de 80 muertos, según la Organización Mundial de la Salud.
El Gobierno sirio subrayó que jamás empleó sustancias tóxicas ni contra la población, ni contra la oposición o los terroristas.
Por su parte, Rusia supuso que la tragedia de Jan Sheijun fue un montaje o resultado del bombardeo de la aviación siria a arsenales donde los terroristas guardaban armas químicas.
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En represalia, tres días después, el 7 de abril EEUU atacó con misiles de crucero la base aérea siria de Shairat (provincia de Homs) sin esperar ninguna investigación ni presentar pruebas irrefutables.
