"Esta cruzada está organizada evidentemente por la delegación de Ucrania, por razones de su interés nacional contra Rusia", aseguró el presidente de la PACE.
La PACE aprobó una serie de enmiendas al reglamento en vigor que allanan el camino a la destitución de Agramunt, sometido a duras críticas por mantener abiertas las vías de diálogo con los representantes rusos y por su viaje a Siria para entrevistarse con el presidente sirio, Bashar Asad.
"La razón principal de estos esfuerzos concertados puede ser que, durante mi mandato, siempre he defendido abiertamente el diálogo constructivo con todos los países, incluido Rusia, que es miembro del Consejo de Europa, pero no está representado en el seno de la Asamblea desde hace un año y medio", aseguró el presidente de la PACE, que también es senador en España.
En cuanto a su viaje a Siria, Agramunt reiteró que se desplazó al país para llevar a cabo una "misión de apertura y paz" con todos los actores implicados.
"Mi convicción fue siempre que ningún proceso de paz se puede llevar a cabo sin la implicación de todas las partes concernidas", destacó el dirigente español.
A su modo de ver, el hecho de que se haya reunido con las autoridades sirias no supone un gesto de apoyo hacia ellas al igual que las misiones de diálogo de la Oficina de la Alta Representante de la Unión Europea, Federica Mogherini o del enviado especial de la ONU, Staffan de Mistura, no implican que estas instituciones respalden a Bashar Asad.
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"Recientes declaraciones del Presidente francés, Emmanuel Macron a Le Figaro y The Guardian demuestran que su posición sobre la crisis siria no es distinta de la mía", subrayó.
Agramunt asegura que aquello que se percibe como normal en otros actores políticos está siendo utilizado en su contra como un "ajuste de cuentas" dirigido por "los parlamentarios ucranianos con sus slogans simplistas" y "la extrema izquierda con su agenda secreta".
La "ilegal manipulación" de las reglas
Asimismo, el mandatario afirmó que las enmiendas al reglamento destinadas a allanar el camino de su destitución son "ilegales" ya que "retuercen los principios del Estado de derecho".
"Quienes han organizado esta campaña debieran preguntarse sobre la increíble manera en que han violado las reglas y principios de la Asamblea y de toda la organización en su conjunto", afirmó Agramunt a través de un comunicado.
Según el presidente de la PACE, hay en marcha una ofensiva en su contra organizada por los parlamentarios ucranianos "con el apoyo activo del Secretariado".
A su modo de ver, sus detractores "manipularon las reglas de la asamblea" de forma "injusta e ilegal" hasta "retorcer los principios del Estado de Derecho" con el objetivo de forzar su marcha.
"La adopción de una regla completamente nueva para destituirme ha sido aprobada esta semana sin ninguna modificación, ya que el Presidente de la sesión no ha gestionado adecuadamente el examen de las enmiendas, dejando muy poco tiempo para el debate a los muy numerosos firmantes de las mismas (37 de 4 grupos políticos)", afirmó Agramunt.
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Además, el político español destacó que el procedimiento de cambio del reglamento fue "muy precipitado" ya que se llevó a cabo en "unas pocas semanas" a pesar de que ese tipo de modificaciones "necesitan generalmente más de un año".
Del mismo modo, Agramunt expone que la Mesa de la Asamblea adoptó la decisión de no pedir una opinión jurídica previa sobre el cambio de reglamento, lo que impide a sus miembros consultar la validez del mismo ante la Comisión de Venecia.
"Acusar a una persona con reglas nuevas por hechos anteriores, por tanto retroactivamente, es inaceptable y constituye una violación de los principios fundamentales del derecho, como el principio básico de la seguridad jurídica", sostiene Agramunt sobre la nueva norma para sancionar su comportamiento al frente de la PACE.
"¿Qué ejemplo se da desde la Asamblea a algunos gobiernos miembros del Consejo de Europa, que pueden tener la tentación de aprobar leyes o reglamentos retroactivos?", se pregunta el político español.
Todo lo anteriormente expuesto, concluye Agramunt, hace que, a su modo de ver, la reputación de la asamblea esté "puesta en cuestión" por estas prácticas "abusivas y maquiavélicas".