"Mi abuela paterna, con doce años, vino de Odesa en 1912 y ya se quedo acá, no sabemos mucho más", explicó a Sputnik una argentina llamada Marina.
Dos funcionarios de Migraciones, que trabajaban en el Museo de la Inmigración, solicitaban a los interesados el apellido de sus antepasados, y la posible fecha en la que llegaron a Argentina.
En caso de encontrar al familiar, entregaban un "Certificado de arribo a América" en el que se daba cuenta de la nacionalidad del ancestro, el puerto de donde salió rumbo a Buenos Aires, la fecha de llegada, y el nombre del buque en el que realizó la travesía.
La abuela paterna de Marina fue registrada con el apellido Odeser, "lo que es sugestivo, porque como no hablaban español cuando llegaban a Argentina, les pedían cualquier nombre para inscribirlos y los despachaban rápido", explicó Saúl a esta agencia.
La mayor parte de la inmigración rusa que viajó hasta Argentina llegó entre 1880 y finales de la I Guerra Mundial.
Migraciones cuenta con una base de datos que elabora desde el año 2000 el Centro de Estudios Migratorios Latinoamericanos (CEMLA) en la que se encuentran digitalizadas las partidas de llegada de los inmigrantes que desembarcaron en el país entre 1880 y 1950.
Sentir ruso
Los argentinos que pasearon por la feria pudieron degustar comida típica rusa, comprar artesanías, y observar los bailes folclóricos que este año estuvieron a cargo de los grupos de danzas Kalinka, Zaria-Malinka y Ribinka.
Una de las bailarinas era Estefanía Netri, descendiente de primera y segunda generación de rusos e integrante de la Biblioteca Cultural Rusa Alejandro Pushkin, de la ciudad de Rosario (capital de la provincia de Santa Fe, centro).
"En esta oportunidad, el Consejo Coordinador de compatriotas rusos y la embajada nos invitaron a participar en este festival", comentó a esta agencia.
"Son danzas de aldea, que presentamos con la balalaika (un instrumento musical ruso similar a un laúd de tres cuerdas)", explicó.
Además de ser profesora de ruso, idioma que perfeccionó cuando estuvo viviendo en Moscú, Netri integra uno de los cuatro grupos estables de danza que tiene la colectividad rusa en Rosario, la cual cumplió 100 años en 2016.
"Todos somos descendientes de rusos, bielorrusos y ucranianos, y vamos viajando por el país adonde nos inviten", detalló esta joven, de madre moscovita.
El festival forma parte del ciclo "Buenos Aires celebra", y constituye un reconocimiento a las distintas colectividades que viven en la capital para que muestren sus tradiciones, gastronomía y cultura.