Pese a los bombardeos y el permanente asedio nazi, estos valientes lograron abastecer de alimentos y provisiones a la ciudad sitiada mediante trenes.
El largometraje, que en la versión rusa se denomina 'Camino a la inmortalidad', está basado en una historia real. Un grupo de jóvenes construyó un puente de 33 kilómetros en tan solo 17 días, lo que permitió transportar a Leningrado equipamiento, municiones, combustible y alimentos. Los papeles protagonistas también se han inspirado en individuos reales, como Masha Yáblochkina, de 19 años, que trabajó como conductora en el tren y padeció los constantes bombardeos.
Episodio histórico
Según el director de la película, no se trata solo de una historia sobre el asedio de Leningrado, sino más bien de personas únicas y su enorme heroísmo. Es por eso que el hecho real atrajo la atención del cineasta, quien antes de empezar el rodaje había examinado el asunto muy detalladamente. Popov reconoce que el público potencial de 'Convoy 48' no es solo el de Rusia, sino que incluye a todos los compatriotas que viven fuera del país.
Al igual que los protagonistas del largometraje, 'Convoy 48' atravesó por algunos problemas durante el rodaje. Las condiciones meteorológicas y el presupuesto fueron dos de esos 'caballos de batalla'.
"En diciembre de 2015, cuando empezamos a rodar, estábamos a 10 grados sobre cero reales y 15 grados bajo cero según el guion. Estábamos preparados para que el invierno no fuera frío, pero lo superamos perfectamente. Combinamos nieve verdadera y artificial. Estoy muy contento y orgulloso de que lográsemos grabar aún mejor que en el invierno real", indica.
Popov revela que los problemas con el presupuesto siempre provocan retrasos y, muy a menudo, afectan a la calidad.
"Traté de mantenerlo todo a nivel alto para que el material en el que nos basábamos no quedase desacreditado, para que fuera digno y adecuado y para que nuestro público no se sintiera decepcionado", prosigue.
El director ruso destaca también la agradable atmósfera que se logró crear durante el trabajo. De hecho, según insistió, el equipo estaba extremadamente motivado no por el dinero, sino por la idea.
Toque foráneo
La película reunió no solo a jóvenes actores rusos, sino también a otros de países extranjeros. España y Estonia han estado representadas por Javier Calvo y Saara Kadak, respectivamente.
La estonia Saara Kadak cuenta que no tuvo dificultades para interpretar a su personaje, Katia Beriozka, a la que define como una "joven con carácter fuerte". Las únicas dificultades para ella fueron el clima y las sesiones de rodaje nocturnas.
Javier Calvo, popular en España gracias a la serie 'Física o química', describe a su personaje, Rodríguez, como un chico fuerte y audaz.
"Era un refugiado de la guerra en España [Civil, 1936-1939]. Es un personaje valiente, apasionado, joven, temerario, con la sangre muy caliente. Es muy español. Yo creo que me parezco en eso a él: que soy impulsivo, soy alegre y siempre quiero estar moviéndome y ayudando y haciendo cosas. Y a veces la cagamos. Que a veces lo que hay que hacer es estar quieto y aprender, pero los españoles no somos así", cuenta.
Calvo reconoce que lo más complejo no fue interpretar al personaje ni tampoco el frío, sino hablar en ruso.
"Fue lo más difícil. El director fue bastante duro con que se me entendiera, con que la entonación y la pronunciación fueran las adecuadas. Y lo pasé un poco mal", recuerda.
Pero el tiempo que Javier ha pasado en Rusia en los últimos dos años participando en el rodaje le ayudó a acostumbrarse a este idioma.
"Escuchaba voces de gente hablando en un idioma que no conocía, pero ya se me iban quedando palabras como 'prigotóvilis' (o sea, que tenías que estar preparado), 'repetítsiya' (que hay que repetirlo) o 'dubl' (o sea, que hay que hacer otra toma). En las secuencias con texto a veces un sonido a lo mejor no me salía, porque no estaba acostumbrado a decir alguna palabra", añade.
Y no solo eso ha sido lo más complicado.
"Cuando rodamos en Luga [cerca de San Petersburgo] fue muy duro. Yo tenía que estar todo el día echando carbón a una locomotora. Y casi me muero, vamos. Jornadas de 12 horas echando carbón. Fue muy exigente físicamente. Y [hacía] mucho frío", observa.
Según Javier Calvo, en ningún momento tuvo miedo de sumergirse en esta aventura y se preparó bien antes de venir.
"Sobre todo lo que hice fue ver películas rusas para ver cómo se actuaba aquí y para ver también cómo eran las películas sobre la época. Intenté empaparme de la historia rusa en todo lo que podía", menciona.
La serie española 'Física o química' le abrió camino a una legión de seguidores rusos, con los que se reunió en Moscú y San Petersburgo. Y ahora, tras su participación en el largometraje ruso, su vida y su carrera están aún muy vinculados al país.
"Mi destino está muy ligado a Rusia, no sé por qué. He venido como ocho veces, incluida esta película. También vine con nuestra obra de teatro ('La Llamada') a Moscú", dice.
Ni el frío ni la comida asustaron al joven. Según asegura, le encanta la cocina rusa.
"Lo que pasa es que aquí en Rusia poca gente habla inglés. Me costaba un poco comunicarme. Entonces sí que echaba de menos a alguien con quien hablar. Al final, por gestos, por señas, nos entendíamos", admitió.
Por el momento no puede desvelar determinados secretos de 'Convoy 48' que, según se espera, será proyectada en las salas de cine a principios del 2018. Lo que sí aseguró Javier Calvo es que el filme ruso "va a ser impresionante".