Según el contrato firmado, el suministro de los sistemas Patriot a Polonia deberá iniciarse en el año 2022.
"Recuerden las palabras de Trump, pronunciadas en la cumbre de la OTAN, cuando dijo que cada uno tendrá que pagar por su seguridad. Es por eso que los polacos más bien resuelven sus cuestiones políticas y los estadounidenses, a su vez, ganan dinero", recordó Golovatiuk.
Subrayó que desde el punto de vista militar, esta compra no supone ninguna ventaja táctica ante Rusia, ya que en caso de un hipotético conflicto, los Patriot "simplemente no podrán alcanzar a los Iskander". Estos últimos, continuó, superan a los sistemas estadounidenses en todas sus características tácticas y técnicas.
Golovatiuk recuerda además que los sistemas Patriot fueron puestos en servicio en la década de 1980 y tienen ya más de 30 años de antigüedad. Por su parte, desde su lanzamiento en 2006, los Iskander rusos se encuentran en un constante proceso de modernización. "Se puede decir que para 2022 será como comparar un auto de los 80 con una auto moderno", dijo el experto.
"Está claro que hoy día en Europa no puede haber una guerra entre Rusia y la OTAN. Así que se trata exclusivamente de ganar dinero con suministros a Polonia, Chequia y los países bálticos. EEUU ayuda a su industria", concluyó Golovatiuk.
El 6 de julio, el presidente estadounidense visitó a Polonia, que se convirtió en la primera parada de su gira europea. El líder polaco, Andrzej Duda, adelantó que durante su encuentro con Donald Trump se abordaron temas como "la presencia de soldados estadounidenses en Polonia, el fortalecimiento del frente oriental de la OTAN, la situación en Ucrania y los próximos ejercicios Zapad 2017 que se celebrarán en Bielorrusia". También ambas partes llegaron a un acuerdo para el suministro de sistemas Patriot.
En el futuro, Polonia podría acoger también una instalación de radares y sistemas antimisiles en Redzikowo, que formará parte de la estructura global de defensa ante misiles balísticos que incluye a cuatro buques destructores de EEUU emplazados en la base de Rota, en el sur de España, un radar en Turquía, y el sistema Aegis Ashore, ubicado en la base rumana de Deveselu.
En noviembre de 2008, el entonces presidente ruso, Dmitri Medvédev, advirtió de que Moscú desplegaría en la región báltica de Kaliningrado los más avanzados sistemas de misiles Iskander en caso de que Washington prosiguiera con el despliegue de elementos de su sistema de defensa antimisiles en Europa, ignorando el Tratado INF que regula estas armas, firmado entre Estados Unidos y la Unión Soviética en 1987.
