Con el fin de evaluar cómo será el clima en Siberia en el futuro, los investigadores analizaron los datos de unas 1.000 estaciones meteorológicas entre 1960 y 1990. Además, utilizaron en sus cálculos diferentes escenarios atmosféricos desarrollados por el Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático.
Tras examinar las temperaturas medias de enero y julio, así como los niveles medios de precipitaciones, los científicos llegaron a la conclusión de que, de continuar la actual tendencia, la temperatura media en Siberia podría aumentar unos 9°C en invierno y 6°C en verano. Los niveles de precipitaciones también se incrementarían a entre 60 y 140 milímetros anuales.
Los cálculos muestran que los límites de los cultivos tradicionales en Siberia se desplazarán unos 70 kilómetros al norte cada 10 años. El clima más cálido hará posible el cultivo de arroz, frijoles y una variedad de uvas viníferas tradicionales de Europa.
"La densidad de población podría aumentar hipotéticamente unas tres veces. Pero esto no significa necesariamente que las personas vengan aquí. Tengo algunas dudas, porque nadie sabe cuándo se derretirá el permahielo. Podría ser que este terreno se convierta en un enorme pantano", advierte la investigadora Elena Parfénova.
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El permahielo es la capa de suelo terrestre que permanece congelado durante todo el año, aunque no necesariamente esté cubierto de hielo o nieve. La cantidad de agua congelada en estos suelos puede variar de entre un pequeño porcentaje hasta el 90%.
Casi dos tercios del territorio de Rusia están cubiertos de permahielo, principalmente en el este de Siberia y las regiones aledañas al lago Baikal. Sin embargo, esta región está habitada por poco menos de 40 millones de habitantes, lo que constituye solo el 27% de la población del país.