"El aumento de impuestos recae sobre la sociedad, que ya está sofocada, con 14 millones de desempleados, falta de crédito y sin condiciones generales de consumo", lamentó el presidente de la entidad patronal, Paulo Skaf, en un comunicado.
Además de empresario Skaf está afiliado al oficialista Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB) y es un teórico aliado de Temer.
En esa época llegaron a colocar un gran pato inflable en el centro de São Paulo con el lema "No vamos a pagar el pato".
El 21 de julio el pato amarillo, que se convirtió en símbolo de las protestas capitalizadas por la derecha, volvió a lucir en el centro de la ciudad, esta vez contra el Gobierno Temer.
La reacción se produce después de que el equipo económico del Gobierno brasileño anunciara un aumento del impuesto sobre combustibles (gasolina, diésel y etanol).
El presidente Temer reaccionó a las críticas de los empresarios diciendo que las reticencias son "naturales" pero remarcando que se trata de una medida necesaria.
"Nadie quiere impuestos, pero en realidad cuando todos comprendan que es fundamental para impulsar el crecimiento, para mantener el objetivo fiscal, para dar estabilidad al país y para no engañar este tema se superará rápidamente, no tengo dudas", aseguró el presidente.
Temer hizo estas declaraciones al término de la cumbre del Mercosur, que se celebró en la localidad argentina de Guaymallén, parte del área metropolitana de la capital de la provincia de Mendoza (oeste) y en la que además Brasil asumió la presidencia temporal del bloque económico durante los próximos seis meses.