La investigación mostró que a este criterio se atiene el 53 por ciento de los encuestados.
Apenas un 5 por ciento de los encuestados señalaron que Volkswagen, BMW, Audi y otras marcas alemanas continúan siendo "muy confiables".
Otro 40 por ciento estima que los fabricantes alemanes de autos son más bien confiables que lo contrario.
En tanto, el 75 por ciento de los encuestados se expresaron a favor de recrudecer las exigencias a los fabricantes de autos que violaron las leyes.
La encuesta se llevó a cabo el 27 de julio y abarcó a 500 personas.
Los principales fabricantes automovilísticos en Alemania, incluidos Volkswagen, Audi, Porsche, BMW y Daimler, son sospechosos de formar un cartel, comunicó el pasado 21 de julio la revista alemana Der Spiegel.
Según el medio, esta información está recogida en una declaración que presentó el consorcio Volkswagen al comité antimonopolio.
Se afirma que desde los años 1990 los participantes del cartel concordaban entre sí las cuestiones relativas a la tecnología, los gastos y los proveedores.
Uno de los acuerdos, publica Der Spiegel, tenía que ver con la tecnología de depuración de los gases de escape en los vehículos con motor Diésel.
En particular, los participantes del cartel acordaron reducir sus gastos reduciendo el tamaño de los depósitos para el líquido AdBlue, utilizado para reducir las emisiones nocivas.
Como consecuencia, los depósitos ya no podían contener la cantidad necesaria de AdBlue y es lo que pudo dar inicio al posterior escándalo de los motores Diésel.
Der Spiegel asegura que las autoridades antimonopolio ya sabían de la existencia del cartel aún en verano del año pasado.
Más tarde, Volkswagen y Daimler presentaron declaraciones a la autoridad federal antimonopolio en un intento de reducir las posibles multas, según afirma la revista alemana.